Los zombies entran en la facultad, yo y el resto de mis compañeros, sin saberlo, seguimos sentados en clase atendiendo a la explicación del profesor de Seguridad e higiene en vez de atrincherarnos y prepararnos para lo peor.
Han echado la puerta abajo y sin remedio han mordido al profesor, se convertirá en zombie, pero no dará mas clases. El caos se infunde entre las personas en el aula.
Empezamos a salir corriendo por las ventanas, al caído junto al profesor unos diez de la clase, ya no se puede mirar hacia atrás, sólo hacia delante. Me doy cuenta de que corro solo y sin pensar, lo que podría ser fatal para mi, voy a reunirme con los demás cuando veo que los no muertos se echan encima de Elia (es una chica rellenita, más bien bajita, morena y con el pelo muy rizado, es mi amiga y la conocí cuando entre en la universidad hace ya cinco años) la gente intenta ayudarla, yo pienso que es tarde pero ella sale de allí sin ningún rasguño pero gritando cual gritos de ópera.
Elia esta bien, esta sana, no la han mordido, se abraza a mí llorando y gritando, salimos corriendo hacia su coche, pero Virgen de África esta llana de no muertos, atravesamos una perpendicular, los zombies son lentos, pero ellos no se cansan. Llegamos al coche pero no nos vale de nada, Elia se da cuenta que tenía las llaves en el bolso que estaba aún en el aula. Los no muertos están ambos lados de la calle niebla, estamos perdidos…
Escuchamos derrapar un coche detrás nuestra, al darme la vuelta veo como se lleva por delante a unos cuantos zombies, es Jenni al volante de su coche (es una chica rellenita, morena, amiga de todo el mundo y simpática aunque con un gran carácter que le permite dar la cara por lo que cree correcto), un coche del que yo me había reído pero ahora daba gracias a que estuviese delante mía y funcionando. Entramos en el coche, Elia y yo nos sentamos atrás, a Nuestro lado Paula (delgada, morena, simpática, parece la tía maciza con “grandes dotes” sacada de una serie manga) y en copiloto Miguel (Delgado, no muy alto para ser un hombre, moreno, ojos negros, simpático y el primero del grupo en encontrar trabajo, aunque ahora no se dónde iba a trabajar). Estábamos asustados, Jenni estaba concentrada, aceleró, metió quinta y arrasó con los zombies que estaban al otro lado de la calle, uno de ellos se partió por la cadera y su tronco superior golpeo la luna del coche rompiendo así el cristal.
Pensaba que no saldríamos de allí, pero conforme nos alejábamos de la escuela había menos muertos, pero el caos se iba extendiendo.
Cruzamos en río con el coche y giramos a la derecha de camino a la salida de Sevilla vía Cádiz. Una columna de humo negro se levantaba en nuestro camino, un camión había volcado, sólo podíamos dar marcha atrás y pensar en lo que haríamos.
Miguel empezó a llamar a su familia, alguien descolgó el teléfono pero no se escuchaba nada, Elia imitó la acción, respondió su hermano, por allí todo estaba bien, su hermano Ramón se río de su explicación y le colgó el teléfono. Yo pensaba que mi familia al estar al otro lado del estrecho estaría bien, al menos por el momento.
Pusimos rumbo al centro de la ciudad, nuestro carril estaba desocupado, todo el mundo intentaba salir de la ciudad, pero en coche y por ese camino no lo conseguirían.
Nos estacionamos en una gasolinera al lado de un bosque, mientras Jenni esperaba en el asiento del conductor junto a Elia, Miguel repostaba y Paula y yo nos dirigimos a la tienda buscando agua y comida. Alce mi mirada al oeste y vi el Sol empezaba a ponerse, pronto sería de noche, el frío llegaría a nosotros y perderíamos visibilidad para ver a los no muertos. Entramos en el establecimiento, como resultado encontramos dos botellas de agua detrás del mostrador y una bolsa de ganchitos empezada.
Empezaron los gritos procedentes del bosque, un grupo de chicos corría en dirección nuestra perseguidos por una horda de zombies, Paula no se lo pensó cogió un martillo de la tienda y salió, yo cogí una pala y al salir vi que Miguel corría hacia el grupo de chicos gritando el nombre de Rocío (de mediana estatura, morena y extrovertida, atenta en clase pero toda una juerguista fuera de ella), nuestra amiga que dábamos por muerta estaba viva y se dirigía hacia nosotros. Por un momento me paralicé y observé a las personas y a los no muertos, no solo Rocío corría en mi dirección sino que a su lado estaba Julián (Pelo castaño y despeinado, le gusta cuidarse, por lo que tiene una presencia musculosa) y otros compañeros de clase como Foski y Luis. Conté seis no muertos y empecé a correr hacia ellos. Cuando me di cuenta Miguel ya había llegado hasta Rocío y Julián, pero al ver lo que venía detrás empezaron a correr hacia el coche.
Paula alcanzó a un zombie en el brazo con el martillo, sonando un crujido, el brazo estaba roto pero el zombie seguía en pie. Miré a mi izquierda, un no muerto estaba encima de Foski, ella gritaba y sollozaba, me dirigí en su dirección y empalé al zombie en el cuello, muriendo este al fin. Foski estaba inconsciente y con una herida de mordedura bastante fea, pensé que no tendría mas remedio que acabar con su sufrimiento, levanté la pala y hundí su cráneo contra el suelo, Foski había muerto. Eché la vista atrás Paula había derribado a dos, ya quedaban tres.
Se me enganchó un zombie por detrás, intenté quitármelo de encima y se me cayo la para al suelo, vi correr a Paula hacia a mi cuando un golpe que recibió el muerto hizo que los dos cayéramos al suelo, el zombie ya no se movía, alguien me lo quitó de encima, al darme la vuelta Vic estaba allí con su navaja suiza ensangrentada en su mano derecha y el zombie degollado a mi lado (Vic era la más alta de mis amigas, era morena, simpática y deportista, en ocasiones muy bruta, puede que sea por sus orígenes canadienses), al mirar al no muerto me di cuenta que era nuestra profesora de aspectos. Vic era una de las que corría hacia nosotros pero yo no la había visto.
Paula había acabado con otro, me incorporé cogí la pala y le di un palazo en la cabeza al último.
Cesaron los gritos, empezó la calma.
Perdimos a Luis de vista, Paula, Vic, y yo nos dirigimos hacia en coche, el Sol se había puesto del todo dando paso a la noche y al reinado de la Luna, nada más que nos alumbraban la luz de las farolas. En el coche estaban esperándonos Miguel, Rocío, Julián, Jenni y Elia; teníamos que decir donde pasaríamos la noche ya que allí no estábamos a salvo.
Nuestro mundo había cambiado, aquel día nos convertimos en supervivientes de un virus que arrasaría todo el mundo. Me llamo Adrián y nuestra pesadilla continua.
Jajajajaajjaa. Adri que bueno! Me lo he leido de camino a casa y sin chocarme con farolas! Me ha cenido genial para despejarme :)
ResponderEliminarmuy chulo Adri. A ver con que me sorprendes en la próxima entrega.
ResponderEliminarLo que me he podido reir con esto! XDDDDDD Me encanta. ¿Cap.2 cuando??
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