jueves, 10 de mayo de 2012

Día 7, Oliendo la muerte


Seguíamos en los cines, nuestros corazones latían con rapidez. Estábamos todos de pie y no éramos capaces de crear un solo pensamiento que nos ayudara con aquella situación.
Nadia y Vic habían bajado a por las armas, en aquel momentos era lo único que podíamos hacer.
Los disparos no cesaban en el exterior y Jenni se tapaba los oídos como si aquella acción la transportase a algún lugar tranquilo.
Silvia y Luis tuvieron la primera buena idea, saber cuantos militares había. Eso sería difícil, pues, quién se atrevería a salir a contar.
Vic y Nadia llegaron con las armas. Teníamos que planear una estrategia, conocíamos el centro comercial, eso debería darnos alguna ventaja.
Todos empezaron a coger armas, Luis, sin embargo, cogió la mirilla del rifle y salió a la azotea, miré desde la puerta y vi que iba corriendo a toda velocidad hasta el otro lado, lo perdí de vista cuando giró en la esquina.
No podía dejar de mirar el último sitio por dónde paso Luis. Al cabo de un minuto volvió. Cerré la puerta cuando paso a mi lado.
Al parecer había ocho militares armados con metralletas. Me arrepentía de que ninguno de nosotros hubiera cogido un arma automática de la armería.
Aránzazu propuso salir por el garaje, lugar ala que todavía no habíamos accedido.
Si queríamos intentarlo tendríamos que bajar de inmediato.
Corríamos escaleras abajo cuando unos disparos en la planta baja nos comunicaron que estaban dentro, nos paramos en seco, mi corazón dio un vuelco.
Habían entrado y las armas que llevábamos encima no serían suficientes.
Estábamos en las escaleras de la primera planta, en un susurro, Ro dijo que fuéramos al otro lado del centro comercial.
De puntillas, pasamos enfrente del McDonald’s y empezamos a rodear la cristalera. Al mirar abajo, una gran masa de zombies se amontonaba en la calle.
Nos escondimos en Décimas, si venían los veríamos a través de la cristalera, que hacía un semicírculo en el centro del edificio.
Me encontraba detrás del mostrador, al mirar a mi izquierda, vi que Vic elegía un stick de hockey como arma silenciosa.
Cristóbal pensó que en un fuego cruzado seríamos más fuertes. Solís, Adriano, Rocío y Paula se fueron con el a la tienda Mango que estaba justo enfrente.
Le pedí a Luis que me diera la mirilla del rifle, que aún tenía apretada fuertemente en su mano derecha.
Mientras encajaba la mirilla en su abertura, vi como ocho cabezas empezaron a aparecer una tras otra por las escaleras que estaban al lado del McDonald’s.
Era mi momento, apoye el rifle en el mostrador, lo sostuve contra mi hombro, mire por la mirilla y al mismo tiempo que cogía aire disparé. Un militar cayo hacia atrás, muerto, los demás se agacharon, los perdí de vista.
La sensación que recorría mi cuerpo no era para nada buena, había matado a un hombre, pero el quería matarme a mi.
Mis amigos, algunos de pie y otros apoyados sobre una rodilla, tenían las pistolas o las escopetas bien armadas, listas para ser disparadas.
Durante cinco minutos todos nos quedamos en la misma posición, al otro lado de la cristalera, no había ni un solo atisbo de vida.
Un reflejo hizo a Elia disparar. Ese reflejo era de los militares, habían dado la vuelta y ahora, con aquel disparo, sabían nuestra posición exacta.
Intenté arrastrar en mostrador sin hacer ruido para cambiar mi posición.
Las metralletas empezaron a disparar, los cristales empezaron a romperse y a hacerse añicos contra el suelo.
Los disparos cesaron y mi respiración empezó a disminuir.
Vi como Adriano, desde el otro lado, se tiraba al suelo y con la escopeta empezaba a lanzar metralla. Silvia y Ro se lanzaron también al ataque.
Cuando dejaron de disparar salieron de las tiendas, había abatido a tres más.
Con un gesto de la mano de Silvia, el resto, salimos de las tiendas.
Jenni, Nadia y Julián enfundaron sus pistolas y cogieron las metralletas y los cuchillos de los militares.
En el momento en el que Jenni empezó a retirarse, uno de ellos se incorporó y la cogió del cuello, Jenni se revolvió y le dio un codazo y con el cuchillo que acababa de coger le atravesó el costado, el militar cayo hacia delante y del golpe que dio su cabeza contra la barandilla se rompió el cuello.
Las balas empezaron a silbar, Julián gritó que nos echásemos al suelo.
Algunos corrieron hacia las tiendas, otros se quedaron allí tirados y yo salté a las escaleras mecánicas que me empezaron a trasportar a la planta baja.
Me giré a tiempo para ver como a Luis lo atravesaban las balas. Todo pasó muy lento, su cuerpo sufría espasmos debido a los impactos, la sangre brotaba por su boca y su ojos, clavados en los míos, me mostraron que la vida se desvanecía de su cuerpo. Las escaleras bajaron, perdiendo a Luis y a toda la plata de vista.
En la plata baja, los militares habían dejado la persiana abierta y los zombies empezaban a entrar.
Pensé en que mi fin, igual que el de Luis, había llegado, pero no me rendiría, empecé a disparar, iban cayendo uno tras de otro, eran demasiados.
Entre en CORTEFIEL y para mi asombro, vi unas escaleras que llevaban a la planta de arriba, subí las escaleras.
Al acercarme a la puerta de la tienda, vi a Julián en el suelo, junto a Luis, un militar le apuntaba a  la cabeza. Supuse que los demás estarían arrestados o muertos.
Alguien me cogió del brazo, me giré y le golpee con la culata del rifle, era Paula, a su lado Vic.
Escuchamos un disparo, que hizo que nos agacháramos.
Desde allí tenía ángulo suficiente para liberar a Julián, tenía que intentarlo. Mientras cogía posición, escuché los gritos de Solís y Elia, los de esta última eran inconfundibles.
Paula y Vic empezaban a golpear a los zombies que subían por las escaleras, bastaba con golpear a el primero para que cayera y los demás fuesen con él.
Estaba temblando, miré dos veces por la mirilla y disparé, el militar cayó. Julián se levanto y salió corriendo hasta la tienda SPRINGFIELD dónde se escondió, estaba enfrente de la tienda en la que yo me encontraba.
Un militar sacó a Cristóbal, Aránzazu y a Solís de Mango y se los llevó a Décimas a punta de metralleta. Ese mismo militar volvió a salir en la dirección en la que nos encontrábamos, di señales a Paula y a Vic para que se escondieran.
Vic se había escondido próxima a la puerta, desde mi posición podía verla.
El militar gritó a sus amigos que los errantes subían por las escaleras mecánicas.
Un golpe de alguno de los zombies hizo que el militar entrase en nuestra tienda y empezara a disparar, abatiendo a todos los zombies que se encontraban subiendo las escaleras.
Vic salió de su sitio y golpeo con el stick los brazos del militar, haciendo que el arma cayera al suelo, girando sobre si misma lo golpeó en el cuello desplomándose este en el suelo, inconsciente.
Rocío empezó a gritar diciendo que el disparo de antes había sido Ro matando a un militar.
Paula dedujo que quedaban dos, uno estaba inconsciente a nuestros pies.
Paula y yo fuimos a por el último. Mientras, Vic se quedaba con el militar.
Rodeamos las escaleras, matando a algún que otro errante que había conseguido subir, para ir primero a por Julián.
Despacio, y casi levitando, fuimos a la tienda de Décimas, sólo quedaba uno, podíamos conseguirlo.
Al asomarme por el cristal el militar estaba de espaldas a nosotros. Rocío estaba inconsciente en el suelo y Aránzazu y Elia lloraban.
El militar se dio cuenta de nuestra presencia y se giró, en ese mismo instante, En ese mismo instante Cristóbal le dio una patada en la pierna derecha, haciendo que se tambaleara, Adriano lo aplacó y cayeron los dos al suelo, el militar empezó a golpearle.
Nadia se armó de valor, cogió la metralleta, al verla el militar se incorporó para pararla, pero Nadia ya le estaba vaciando el cargador en el pecho. Silvia ayudó a Adriano a levantarse.
Vic vino corriendo, los errantes entraban a bocajarro en el centro comercial, teníamos que salir de allí ya.
Teníamos a los errantes encima, suponía que al militar se lo habían comido los zombies, cosa que en aquel momento no me importaba mucho, ya que toda la zona estaba invadida.
Vic, cual guerrero samurái, empezó a repartir golpes  con el stick para contenerlos un poco, pero fue imposible.
Entre Cristóbal y Ro cogieron a Rocío, que seguía inconsciente, mientras que Julián ayudaba a Silvia a mover a Adriano.
Mientras caminábamos a paso ligero, Elia tuvo una idea, sacar las botellas de butano y hacerlas explotar.
Ella, Solís y Jenni fueron se adelantaron corriendo para coger las botellas del fogón de leña, el Gambrinus y el Wok. En total eran seis.
Silvia, Adriano y Julián iban demasiado lentos, con las pistolas intentábamos retener a los zombies, pero no lo conseguíamos. Tuvimos la mala suerte de que uno consiguiera morder a Adriano en la espalda, de una patada que hizo que se despeñara por la ventana, Julián se lo quitó de encima.
Cuando llegamos a la altura del McDonald’s, vimos que las chicas habían colocado las bombonas a la altura del Mascarpone.
Adriano se soltó de Julián y Silvia y dijo que el retendría a la horda mientras nosotros escapábamos. Llamó a Paula y le pidió un pistola. Adriano le entregó una nota de despedida para Rocío.
Salimos corriendo por las escaleras hacia arriba, mirando hacia atrás como si así pudiésemos despedirnos de Adriano.
Ya estábamos corriendo por la terraza y mis remordimientos por dejar a Adriano atrás cada vez eran mayores. Mientras bajábamos las escaleras laterales Adriano hizo explotar las botellas, haciendo que toda la pared frontal del centro comercial y parte de las escaleras que estábamos bajando se cayeran.
Las escaleras se desmoronaban con cada paso, pero conseguimos llegar abajo.
Los errantes abarrotaban la calle, empezamos a disparar a diestro y siniestro para abrirnos paso. A gritos, pusimos nuestro punto de encuentro en un edificio cercano.
Julián, que estaba a mi lado, salió corriendo en otra dirección hasta que lo perdí de vista.
Llegamos al edificio y empezamos a entrar uno a uno, era un edificio de oficinas, en el que estábamos todos menos Julián.
Subí a la primera planta, allí un no muerto de pie, cogí un pisapapeles y se lo hundí en la cabeza, lo eche a un lado y me asomé a la ventana. Julián venía corriendo hacia nosotros de la mano de Juan Carlos.
Iban sorteando zombies y matando a otros, pasaron por al lado de Marta, ya estaban cerca del edificio, así que grité para que los dejasen pasar.
Una vez dentro me giré para bajar a ver a Juan Carlos, pero Vic estaba detrás mía, la expresión de su cara era de pleno terror.
Me entregó una carta que le había cogido al militar, me la hizo leer al instante y citaba lo siguiente:





Sevilla, 17 de Mayo del 2012


A las 18:00h del día anterior, fue liberado el virus de la resurrección en la ciudad de Sevilla, transmitiéndose por el aire e infestando a todo ser muerto y resucitándolo, pero no como se esperaba, sus únicos síntomas son las ganas de nutrirse.
Los mordiscos de estos seres infectados hacen que los vivos mueran y se conviertan en lo mismo que ellos.

Nombro al Teniente Moreno Tejero de Sevilla para erradique esta plaga, de manera que:

-       No se deje salir a nadie de la ciudad.
-       Se erradique a todo ser infectado con este virus.
-       Si al cabo de 5 días no se ha erradicado, entrar en la ciudad y acabar con todo ser, vivo o muerto.
-       Pasados 8 días desde la infección, si todo sigue igual, se soltará uno bomba en la ciudad para erradicar la infección.


Antonio Tocino Reguera,
General del Ejercito del Estado Español.





Ahora entendía la expresión de su cara, después de todo lo que habíamos pasado para sobrevivir iban a a arrasar la ciudad.  

10 comentarios:

  1. Vamos a morir D=! Y Luis nos abandona Ó.Ò

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te has olvidado de Adriano Pau jajajaja

      Eliminar
    2. nooo!! Como voy a olvidarme? XDD No quería hacer mas spoiler del necesario por si alguien miraba los comentarios!

      Eliminar
  2. A ver...hagamos recuento...xq yo ya me he perdido!! :S

    ResponderEliminar
  3. Acción, muerte y destrucción... MOLA!

    ResponderEliminar
  4. Ya salgo!!!!!!! Pero, y Patri? Está vivo verdad? No se te ocurra matarlo!!!! Que te cojo y tescupo... Jajaja. Por cierto, y que podemos hacer??? Si tuviéramos un refugio anti misiles de esos..... Esto pinta mal

    ResponderEliminar
  5. Jijijii Queremos mas!!!! Y mi toba quiere ser un killer XDD

    ResponderEliminar